“Casas de Orientación a la Mujer y la  Familia: una luz al final del túnel”

Autora: Liliana Sierra Sánchez.

Songo – La Maya, 16 mar 2024.- El amor a veces puede doler. Dania es una songomayense de 26 años que ya ha pasado por este tipo de experiencia. Acababa de cumplir los cuatro meses de casada, cuando comenzó a sufrir en carne propia las consecuencias de la violencia doméstica.

Su esposo se convirtió de la noche a la mañana en un hombre posesivo, celoso, y la golpeaba cada vez que bebía. Al principio, ella prefería callar, por temor y porque no deseaba que la señalaran con el dedo o  la mirasen con lástima. Hasta que escuchó en una reunión de la FMC, hablar sobre la casa de orientación a la mujer y la familia, y decidió acudir a la institución, donde encontró el apoyo que necesitaba.

Este es uno de los proyectos más sensibles, humanos, y complejos que asume la organización de las federadas en el territorio.  

La Casa está integrada por un equipo multidisciplinario que atiende de manera personalizada, a quienes acuden por ayuda ante las múltiples problemáticas de la cotidianidad. Allí, especialistas de la Psicología, la Pedagogía, la Medicina, el Derecho, la Sociología, y otras esferas, ofrecen información acerca de temáticas relativas a la sexualidad, la educación de los hijos, la igualdad de derechos de ambos géneros, o cuestiones de salud.

Aunque no es fácil asumir que existe un problema en el hogar y solicitar ayuda a desconocidos, las personas que como Dania llegan a las casas de orientación, encuentran en estas muchas manos amigas.

Lo triste es que aún quedan debilidades en el trabajo de tan importante institución, falta sistematicidad en la labor del grupo de especialistas, y la asistencia por parte de la población es bastante escasa, quizás por desconocimiento o desinterés.

La Casa de orientación a la mujer y la familia, se identifica más como un sitio donde se ofertan cursos de capacitación, que como un espacio donde puede encontrarse la palabra precisa y el consejo oportuno.

Es hora de seguir los pasos de Dania y romper el silencio, tengamos en cuenta que no estamos solas, que  gracias a la federación, las mujeres podemos ser más independientes, más seguras de nosotras mismas, y encontrar una luz al final del túnel.

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