Vivir, pensar y hacer el país desde Songo – La Maya

Autor: Rogelio Ramos Domínguez.

Songo – La Maya, 4 ene 2023.- Al terminar 2022 hubo quien lanzó agua a la calle, quien salió con maletas o alguna otra tradición que apuntalara la esperanza de un año que, ojalá deseamos todos, nos traiga en mejores días.

En Songo – La Maya, lógico pasó lo mismo, este sitio que ya no tiene las antiguas fábricas de azúcar se posa en la esperanza de una mejor agricultura, con importantes empresas, las autoridades hacen lo posible por llegar al fin a las 30 libras per cápita de viandas y hortalizas, o quizás recuperar una producción de carne deprimida. O llegar a las cifras de recolección de café de los años 80.

Desafortunadamente a nuestra agricultura le falta aun saltar escollos, que van desde impagos imperdonables, algunos hasta trascendieron a las redes sociales, un burocratismo añoso que va contra el deseo de quienes dirigen y sobre todo, de la gente común y además que la ciencia llegue puntual al surco.

Los ejemplos de particulares como los campesinos, que casi en el  centro de la capital local cosecharon nueve toneladas de papa en media hectárea, parece no servir de ejemplo. Allí estuvo parte de la universidad, me dijeron los campesinos y los  propios universitarios, o sea hay ciencia y hay tierra.

2023 abre  puerta, miles de personas trabajan o estudian por un país mejor, algunos echaron un jarro de agua a la calle el día primero, otros salieron con maletas,  hicieron algún ardid en pos de la esperanza.

Los de la ciencia y la producción debemos, producir para que se haga verdad ese deseo y con él la fe y la citada esperanza. El tiempo no espera, la vida tampoco.

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