La familia y la formación de valores en los más jóvenes

Autora: Raquel Castro Milán.

Songo – La Maya, 20 sep 2023.- La familia como célula básica de la sociedad debe y tiene que preocuparse por la formación de valores de las personas que están bajo su amparo.

Debe entenderse que la formación de valores no es responsabilidad de otros es asunto de la familia en primer orden, los valores son principios que permiten orientar el comportamiento a favor de la realización como personas, son creencias fundamentales que ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro.

También son fuente de satisfacción y plenitud. La familia constituye una entidad en que están presentes e íntimamente entrelazados el interés social y el interés personal puesto que, en tanto célula elemental de la sociedad, contribuye a su desarrollo y cumple importantes funciones en la formación  de las nuevas generaciones.

Pero… ¿cómo y por qué la familia tiene que ver con los valores?… Sencillo por el papel que se le asigna a la familia. Y es importante reflexionar sobre este grupo social y el lugar que ocupa en la educación en valores, función que no todas conocen y cumplen, y responsabilidad por la que no siempre responden oportunamente y con el rigor con que lo establece la ley.

Es bueno reconocer que los valores se forman en marcos tan amplios como la humanidad o en espacios tan reducidos como la familia y es en ese marco donde se aprende a sentir, a pensar, a concebir el mundo de un determinado modo y donde se reciben las orientaciones primarias de valor. Las primeras nociones sobre lo que se puede y no se puede, lo que se debe y no se debe, tienen el propósito fundamental de garantizar la supervivencia de ese pequeño ser humano.

Los valores directrices en torno a las cuales se estructuran la familia, sus proyectos y su vida cotidiana, constituyen su acervo cultural y regulan implícita o explícitamente la vida familiar. Las familias desarrollan sus valores hacia todos los sucesos de la vida, hacia la vida cotidiana, la naturaleza, el trabajo, las personas. Es bueno saber conducir a los más jóvenes en el buen comportamiento, la convivencia en sociedad y las buenas costumbres desde la casa, pues es ahí donde los más jóvenes reciben la primera educación tan valiosa para toda la vida.

En la familia se dan las condiciones ideales para que el afecto se manifieste en toda su intensidad, vivir juntos en armonía favorecen las relaciones interpersonales, si esta función se afecta se verán comprometidos todos sus miembros, unidos todos dentro del núcleo, los adultos pueden mostrar de manera abierta sus sentimientos con la seguridad de que van a ser aceptados y seguidos los patrones positivos de conducta para que los más jóvenes sigan su ejemplo.

La honestidad, la solidaridad, el humanismo, la responsabilidad y la laboriosidad son algunos de los valores que se aprenden en el seno familiar y que luego es en la escuela donde se van a asentar y a profundizar hasta constituirse en patrones y normas de conducta del ser humano en cuestión.

De ahí que la familia es el eje esencial donde se van moldeando las conductas, los comportamientos hasta llegar a los valores como esencia del ser humano para vivir en sociedad. La educación en valores va incluso más allá de la elemental convivencia humana, el respeto y la elevación del nivel cultural.

Por ejemplo los meses de julio y agosto son propicios para introducir o reforzar las responsabilidades en el ámbito familiar, como la propia laboriosidad que debemos cultivar en el ámbito hogareño o del trabajo, y la preocupación, conocimiento y por extensión, el fomento de esa cultura económica que con tanta frecuencia echamos de menos.

Lo más importante es entender que a ti familia te toca formar valores en los más jóvenes. Por su parte los centros educativos a través de las escuelas de padres, debe preparar a la familia, utilizando para su dinámica la caracterización social que posee el centro, pero lo que sí constituye una realidad es que cada miembro de la familia debe y tiene responsabilidad en la formación de valores, que eso no es asunto de otros, pues inicia su aprendizaje desde las primeras edades.

Igualmente no es posible lograr que la familia asuma lo que no conoce, los padres, la familia, deben conocer, cuál es el sentido de la vida que quieren para sus hijos, debe aprender cómo educarlos, conocer el contenido de esa educación y cuál es el verdadero papel que le corresponde ya que la formación de valores no es asunto de otros si no de todos.

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