Desde Songo – La Maya felicidades a los hombres y mujeres del silencio

Autora: Raquel Castro Milán.

Songo – La Maya, 26 mar 2024.- Cada 26 de marzo los cubanos recordamos a esos hombres y mujeres que de manera anónima desandan las calles para protegernos.

Para entender mejor el quehacer de los hombres y mujeres del silencio debemos remontarnos a los inicios mismos del triunfo revolucionario de 1959 cuando por orientaciones del líder de la revolución Cubana Fidel Castro se fusionaron el Departamento de Investigación del Ejército Rebelde (Dier) y la inteligencia de la Marina junto con el órgano similar de la Policía Nacional Revolucionaria (G-2 PNR), quienes hasta ese momento resguardaban a la isla de las acciones del enemigo de dentro y de fuera de Cuba.

De acuerdo con documentos históricos, el 26 de marzo los tres servicios de seguridad quedaron unidos oficialmente en un solo cuerpo.

Más argumentos que nunca antes le asisten a Cuba en el reto del actual combate de las ideas, la razón está con nosotros, y así ha quedado demostrado en las revelaciones de integrantes de la Seguridad del Estado quienes han penetrado a grupos de mercenarios a sueldo del imperio.

Les recuerdo que la razón está con nosotros, y así ha quedado demostrado en las revelaciones de integrantes de la Seguridad del Estado quienes han penetrado a grupos de mercenarios a sueldo del imperio.

Con el apoyo el pueblo cubano ellos, los hombres y mujeres del silencio, garantizan la estabilidad de la Revolución ante las agresiones de los sucesivos gobiernos de turno en Estados Unidos, sus servicios de inteligencia, la mafia terrorista de La Florida y los enemigos internos.

Todos llevan el mismo fin: dejarnos sin bandera e incorporar a Cuba a la constelación yanqui, perseverancia inútil que hasta ahora ha encontrado siempre la más inteligente y enérgica respuesta, incluso por esas vías.

Hoy cuando miramos el desempeño de tantos hombres y mujeres del silencio, admiramos el arrojo, el altruismo, el desprendimiento personal y la valentía sin límites para llevar adelante tan digna tarea.

Hombres y mujeres admirables, podemos decir sin temor a equivocarnos, pues su labor así lo demuestra y ratifica.

La mejor manera de honrarles se resume en esta frase de José Martí: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi deber. Hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas”.

Llegue hoy las felicidades a quienes por 65 años han defendido a la patria y al pueblo cubano en total y completo anonimato porque ellos son los hombres y las mujeres del silencio.

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