En Songo – La Maya para atraer la buena suerte

Autora: Raquel Castro Milán.

Songo – La Maya, 14 feb 2024.- En su cotidiana y eterna búsqueda de significados, el ser humano siempre ha creído que las leyes naturales pueden alterarse mediante conocimientos, facultades, rituales y procedimientos especiales, de carácter sobrehumano y preternatural. Dentro de la extrema variedad y complejidad de tradiciones utilizadas por los más diversos grupos humanos que han habitado nuestro planeta, siempre estuvieron presentes aquellos, cuyas doctrinas aseguraban la posibilidad de obtener el conocimiento y la comprensión de los secretos que rigen las leyes de la naturaleza.

De esta manera todo un repertorio de objetos, conceptos, procedimientos y rituales, fueron perdurando y modificándose a través de los tiempos y las generaciones, hasta quedar instalados en el imaginario colectivo de los grupos sociales practicantes de estas creencias. Entre los significados más típicos y distintivos de estas corrientes de pensamiento, han tenido gran difusión los símbolos y en paralelismo con ellos, la preferencia universal por los amuletos y talismanes.

Un ejemplo de ello son todos los objetos que utilizamos porque “atraen la buena suerte”. Uno que es muy común en las casas cubanas, y Songo – La Maya no queda exento, es colocar en algún lugar de la sala un elefante de cerámica, o una manada de ellos, pues algunos piensan que esto multiplica el efecto.

Pero no es sólo el hecho de poner a este enorme mamífero en un lugar visible, debe tenerse buen cuidado que los paquidermos queden colocados con los fondillos hacia la puerta de entrada de la casa, que es como la creencia popular indica que ejercen su efecto benefactor, sobre todo en las casas y familias de mayor antigüedad en nuestro municipio, puede verse a las claras la creencia en este tipo de atracción de la buena suerte.

Y esto no es bueno ni malo, sino que, en definitiva, de lo que se trata es de sentirnos protegidos de alguna forma contra aquello que no podemos controlar. Lo mismo ocurre con otras creencias, de las cuales comentaremos en otro momento, porque como diría el filósofo y escritor Voltaire: “si no existiera Dios, tendríamos que inventarlo”. . . ¿Quién lo duda? Así ha sido siempre.

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