¡Qué manden las mujeres!…

Autor: Rogelio Ramos Domínguez.

Songo – La Maya, 12 dic 2022.- Este escritor ha dicho que quizás el mundo anda por los derroteros actuales debido a que le falta el cariño de una mujer.  

Es cierto que hemos conocido señoras  bastante severas y hasta implacables como la llamada “Dama de hierro” o “La Condoliza Rice de Bush” pero también sucede que estas continuaron respondiendo a criterios masculinos.  

Hablo de todo esto por una razón muy simple,  ellas son capaces  de sumar calidez y ternura a la exigencia. 

Hay en esta tierra varias mujeres cuya capacidad de dirección prueba que nada tienen que envidiar a la presunta superioridad masculina.  

Es cierto que los hombres gozamos de algunos privilegios como la fuerza, no olvidemos que corremos más, y eso  solo había que preguntárselo a Usain Bolt y saltamos más según Javier Sotomayor y no falta el terco que defienda la teoría de una presunta superioridad encuentro a inteligencia, terreno en el que me siento incapaz de entrar luego de un par de sonadas féminas. 

Pero lo que nadie lleva al terreno de la duda es que las hembras saben poner ternura donde pocos la imaginan y es ahí donde las porciones logran la fórmula nada desdeñable. 

Además si los de mejores bíceps y colgantes virilidades somos tan enormes cómo es posible que hayamos traído al mundo a hasta este trecho tan parecido al desastre.

Sin embargo me permito una vuelta a Songo – La  Maya donde las mujeres van ocupando cada vez más puestos relacionados con la dirección y van dejando en muchos sitios su labor tierna pero exigente, amable pero fuerte. 

Aquí más de un compañero se ha referido a mujeres dirigentes quienes comienzan sus reuniones leyendo a Benedetti y quienes en medio de la más tensa situación saben hacer la anécdota, acudir a lo humano.

Las veo detrás de la sonrisa, con unos labios que saben decir el cielo y hacerlo en puntadas sobre las sábanas del hechizo.

Y en las fábricas dentro de unas botas hechas de trozos rudos de pasado.

Las veo en los matutinos que en el clamor de los desgarrados lunes dicen unos números para que empiece el himno nacional y lo sé.

Ellas pueden hacer mejor camino a nuestros días, una mujer en esta tierra puede hacer mejor la vida de todos. ¡Qué manden entonces las mujeres!

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