Evitar retrocesos es responsabilidad de todos

Autora: Indira Montero Almanza.

Songo – La Maya, 30 mar 2022.- Cuba experimenta hoy una nueva normalidad, en tanto las altas cifras de contagiados y fallecidos que diariamente se reportan por el Ministerio de Salud Pública, ya no son números rojos que superaban cantidad es récords en una sola jornada.

Esto en gran medida se ha materializado gracias a la heroica labor de los científicos cubanos, quienes en tiempo límite y avalados por las normas internacionales que rigen los procedimientos y mecanismos para la creación de vacunas, han logado confeccionar inmunógenos contra el virus. Hoy la mayoría de la población está vacunada, incluso con dosis de refuerzo.

Sin embargo el contexto actual comienza a disparar las alarmas debido al progresivo aumento de los casos confirmados. Si bien es cierto que la eficiencia y eficacia de nuestras vacunas son una realidad tangible, también es cierto que las medidas higiénico -sanitarias y los protocolos de bioseguridad para evitar el contagio, o al menos disminuirlo, han mermado en la cotidianidad y la percepción de riesgo que hace unos meses se tenía, ha ido en declive.

Tal vez la rutina diaria, en medio de la latente escasez de productos y servicios básicos que envuelve hoy al país en una incuestionable crisis económica, ha hecho que esa percepción y con ella la posibilidad real de contagio, no sean elementos tan importantes a tener en cuenta por los ciudadanos.

Pero no podemos olvidar que las estadísticas cuando a salud se refiere, se traduce en seres humanos que padecieron la enfermedad, unos con más o menos sintomatología, otros con estadios graves o críticos, algunos con marcadas secuelas que han derivado en otros patologías y aquellos que desafortunadamente la muerte se llevó.

El panorama actual es preocupante. Por ello se precisa acciones más contundentes por parte de las administraciones, lograr que las medidas se cumplan debidamente, establecer un balance positivo entre la nueva normalidad y la recreación para evitar indisciplinas sociales, porque es imposible adoptar una conducta de distanciamiento en un transporte público sobrecargado de personas o en un estadio de  béisbol abarrotado de aficionados.

Estos ejemplos visibles demuestran que las regulaciones establecidas, en la práctica, ni se cumplen por parte de la población ni por parte de los órganos, organismos, entidades, instituciones, directivos y funcionarios encargados de hacer valer dicho cumplimento.

Evitar picos pandémicos, cuarentenas prolongadas, ingresos hospitalarios y domiciliarios, complicaciones clínicas, secuelas y cifras alarmantes de fallecidos es responsabilidad de todos para que el anterior contexto no irrumpa nuevamente en nuestra cotidianidad.

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