Narrar cuentos otra de nuestras tradiciones

Autora: Maylín Ros Torres.

Songo – La Maya, 26 abr 2021.- El arte de narrar cuentos es una costumbre tan antigua que se pierde en la memoria del tiempo, tradición misma que hunde sus raíces en los orígenes de la expresión articulada.  Sus antecedentes como arte se han situado en Grecia, donde surgió el juglar, y en la península escandinava. Desde China, también llegan noticias, el famoso narrador llamado Liu Jingting, rey de los cuentistas quien aprendió desde la edad de quince años. Pero si nos vamos un poco más atrás en el tiempo llegamos junto al fuego de las noches primitivas, los nómadas apreciaban los poderes del jefe de la tribu y del narrador de cuentos como capacidades divinas; el uno, porque podía organizar a los hombres y vencer al enemigo; el otro, porque encantaba con sus palabras y transformaba el ambiente, haciéndolos soñar y vivir sus sueños.

Así, en cualquier época el arte de narrar cuentos implica varias características que debemos hacer notar. La palabra viva con todas las cualidades incontables de la voz: tono, timbre, amplitud, registro, entre otras más los gestos, son los instrumentos del narrador oral para la comunicación con su público. Narrar cuentos artísticamente es conferir espontaneidad a una serie de sucesos para que el público reciba el relato pleno de vida, siempre como algo nuevo, ocurrido ante la vista con la fuerza y el interés de todo aquello que se ha sentido o vivido.

La narración de cuentos en Cuba debe sus inicios a la doctora María Teresa Freyre de Andrade, quien fuera directora de la Biblioteca Nacional José Martí. En los años 50 del siglo pasado organizó seminarios y luego con la ayuda de Eliseo Diego, poeta y narrador, creó el Departamento de Literatura y Narraciones Infantiles de la propia institución.

De su mano también provienen los primeros materiales que se tradujeron y publicaron en Cuba, gracias a ellos conocimos las experiencias de famosos narradores e investigadores.

En Songo – La Maya como en tantas otras partes del oriente cubano, narrar cuentos es una tradición y muestra de ello son algunos de los que mencionaré a continuación: José Luis González, poeta y narrador, Gumila, como le conocen sus vecinos de Martí este, Soria del Barrio de Pecuario y otros cuyos nombres ahora no recuerdo pero que año tras año celebran su encuentro en la comunidad de La Prueba. Narrar cuentos es ya parte de la cultura de nuestros campos y quién lo duda, si ha así ha sido siempre.

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