Colar café: otra de nuestras tradiciones

Autora: Maylín Ros Torres.

Songo – La Maya, 20 nov 2022.- Colar el primer café de la mañana en cualquiera de los hogares del mundo es casi una obligación, asunto que me lleva a rememorar uno de los mejores recuerdos de mi niñez, cuando allá entre lomas y palmas, mi abuelita se levantaba, encendía la leña y mientras el humo subía y el agua borboteaba mezclada con el azúcar, se alistaba el empinao con su bolsa. También evoco el polvo negro, las cucharadas con caballete y luego el olor inconfundible que llenaba la casa.

Y es así que la bebida mañanera es un ritual que se remonta no solo a mis añoranzas, sino a varios siglos atrás, cuando no pudo siquiera imaginar aquel pastor de ovejas, que sus animalitos darían al hombre una bebida cuyos efectos más que dañinos, siempre han sido un bálsamo para comenzar el día.

Todos lo conocemos, esa verdad que premia al café como la bebida estimulante y aromática tan difundida por el mundo y que además encontró su origen en las tierras de Abisinia, actual Etiopia. El nombre de su fruto, el cafeto, procede de la ciudad etíope de Caffa y la leyenda atribuye su descubrimiento a un pastor local llamado Kaldi, quien observó el efecto reanimador ejercido en sus cabras, tras comer unos frutos rojos de un arbusto.

Cuentan que los probó y sintió más vigor y energía y ahí comenzó la historia. El médico alemán Léonard Rauwolf reseñó la bebida negra como la tinta negra que se consumía por la mañana y aliviadora de los males del estómago. Claro que para el siglo dieciocho todavía no se conocían con certeza todas sus bondades y perjuicios.

En la actualidad muchas regiones lo comercializan: Brasil, Colombia, Perú Vietnam, Kenia, Costa de Marfil y hasta Hawai lo tienen como uno de los productos más exportados, vale destacar el más caro y famoso, el Blue Mountain procedente de Jamaica.

Nosotros no nos alejamos de esa verdad porque en Songo – La Maya constituye uno de los renglones más importantes en la economía y resulta añadida otra verdad insoslayable el hecho de que en cada hogar, lo primero que hacen nuestros pobladores al comenzar el día  es ese buchito de café mañanero, tan reconfortante y que ya casi nunca lleva el humo de la leña ni el empinao porque los años nos han regalado la maravillosa invención de las cafeteras.

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