Juntos entre todos desenredemos el hilo de Ariadna

Autora: Liliana Sierra Sánchez

Bandera Cubana

Songo – La Maya, 29 nov 2020.- Siento la necesidad de escribir, para mí siempre ha sido mi mejor medio de expresión y desahogo, y nunca antes he tenido tantas dudas. Me preocupa mucho el futuro, me preocupa el camino a transitar, pero más que eso, me preocupa el presente. Es un tiempo donde la palabra que más escucho y mejor describe la vida, es incertidumbre; prácticamente no hay certezas; las decisiones se toman cada vez con menos seguridades; las torpezas, miedos, inquietudes, inconformidades, afloran con fuerza en la cotidianidad.

Siguen ganando terreno la intolerancia, el odio, la falta de empatía, el desenfreno y la violencia, que tienen su reflejo más evidente en las redes sociales. Me duele un país, y me duele el mundo. Mucha gente ha olvidado lo que implica ser humano, la importancia del amor y el respeto, y ponen los intereses materiales o el apego al poder, por encima de cualquier otra cosa. Entiendo que muchas veces, no nos sentimos parte del rumbo que se escoge, observamos que falta consulta y participación, que se cometen errores, y ciertamente, toda obra humana es perfectible.

Hay quienes eligen abandonar, marcharse; otros escogen la apatía, el no saber ni actuar; hay unos más que intentan mantener privilegios a toda costa; pero también estamos los que seguimos creyendo que hay alternativas aquí dentro sentidas y pensadas por la gente, que se parezcan a lo que aspiramos y necesitamos, sin egoísmos, sin indiferencias, sabiendo que los problemas no los va a resolver nadie de fuera, sino que tenemos que hallar nuestras propias maneras, construirlas entre todas y todos.

En medio de las tormentas, a pesar de la ausencia de muchas claridades, yo mantengo la fe, necesito creer que sabremos encontrar esa luz necesaria para evitar las fragmentaciones y el descontento, para finalmente poder tener la mayor suma de felicidad posible. Por ahora, el túnel es largo y laberíntico, la salida parece estar lejos, seguramente habrá muchos minotauros antes, pero todavía podemos, juntando acciones y sueños colectivos, desenredar el hilo de Ariadna.

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