Un cambio en los estudios, dolor en las billeteras

Autor: Rogelio Ramos Domínguez.

Songo – La Maya, 7 nov 2023.- Si las cosas siguen de este color, en cualquier momento habrá que cambiar casi todo en los estudios de grabación, ya sean caseros o grandes al estilo Abdala; eso, si se quiere producir en serio. Ha comenzado a grabarse de manera, cuando menos “sospechosa”, en Dolby Atmos.

Esta manera de grabar tiene varios años, pero recién han salido noticias que indican que el asunto va más allá. Apple Music ha comenzado a colocar este sonido incluso antes que Spotify y hay quien sugiere que podrían comenzar a exigirlo para incluir música en las playlists.

De ser así, habrá que girar la rueda, vender o desechar algunas cosas y abrir la billetera, porque aún es caro y hay un know-how por atrapar. Hasta hoy, cualquiera con un par de micrófonos y una computadora de cierto poder podría grabarse en casa, aislando con algunos trozos de maderas y cartones de huevo en la pared. Pero alguien ha dado el pare y a gastar que llegó Dolby Atmos, el sonido envolvente.

Los expertos hablan de una música inmersiva, donde el sonido puede venir de cualquier parte, dependiendo de cómo lo decidan en la mezcla. O sea, los teclados pueden estar a tu espalda, la percusión debajo, o los metales desde el techo. Es como si estuvieras en el mismo sitio en el que toca Fito Páez. Escucharías como si estuvieras en el centro de la banda, y no en una butaca lejana, mirando a la orquesta; con el Dolby Atmos, Páez te cantaría de frente y escucharías todos los instrumentos acompañantes a tu alrededor.

Para grabar en Dolby Atmos se cuenta con hasta 118 objetos, es decir, se podría ubicar esta cantidad de instrumentos o sonidos en el espacio. Imagina que estás en el cine, y el actor emite un sonido que sientes delante y, al mismo tiempo, en la escena maúlla un gato que puedes sentir detrás de ti. Eso sería el sonido Dolby Atmos, pero en la creación musical.

Digital Trends dice que Universal Music Group y Warner Music Group remasterizan temas de sus catálogos en Dolby Atmos. En TIDAL y Amazon Music HD hay una gran biblioteca en Dolby Atmos con música de Coldplay, J Balvin, Lady Gaga, The Weeknd, Ariana Grande, Pearl Jam, Post Malone, Halsey, Superm, Elton John, The Beatles, James Williams, Billie Eilish, Luciano Pavarotti o Marvin Gaye. Hay más, el pasado día 20 se presentó The Harmony Codex, del británico Steven Wilson, mezclado en audio inmersivo Dolby Atmos. Sumemos que Abbey Road graba con este formato —al menos tiene tecnología para ello—, y el disco del mismo nombre de The Beatles fue ya remasterizado con parte del material también en Dolby Atmos.

Los que creyeron que habían logrado un buen estudio tendrán que citar a Ramón Fernández-Larrea: “la cegadora luz siempre estará más adelante”; eso, mientras hunden la mano en los bolsillos para lograr estar a tono con esta novedad que parece venir más fuerte que el surround. Porque el Dolby Atmos puede incluso adaptarse a tecnologías inferiores manteniendo la calidad de sonido. Los cascos siguen su función hasta nuevo aviso. Por lo pronto, habría que comprarse la consola y disfrutar del sonido envolvente.

La verdad, uno podría vivir mil años (bueno, no tanto) con un juvenil 80, un VEF o un Rodina; pero señores: por ahí hay unos tipos que escuchan a otro nivel y perdérselo suena a despilfarro.

Los que se hagan de estudios deben tener en cuenta que la industria venía perdiendo terreno cuando se hicieron populares los estudios caseros; no se iban a quedar tranquilos. Quizá todos deberíamos citar otra vez a Larrea: “este es también el esplendor, pero tampoco”. Porque cuando tengamos estudios Dolby Atmos, los de la industria se van a inventar otra cosa.

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