Claro Correoso volvió a emocionar con su música

Autor: Rogelio Ramos Domínguez.

Songo – La Maya, 16 sep 2023.- Por cincuenta y cinco años, Claro Correoso ha cantado a este mundo y ayer le recordaron. El viejo lobo descorchó su voz ante una multitud que él reconoce ya no es común. Decenas de hombres y mujeres asistieron, a un concierto con ciertos tintes de despedida, que sin embargo parece más bien un impulso para trepar la cuesta.

Fue en la Casa de Cultura Municipal Juan López Rizo, el cuartel de un bardo que, nacido en Alto Songo, ha encontrado en toda la isla refugio para su canto. Claro Correoso comenzó a cantar bajo la batuta de su abuelo Encarnación Columbié, un cantor que, según ha trascendido, fue elogiado por el propio Sindo Garay en los tiempos en que la canción cubana reinaba en la tierra de Joaquín Ibáñez.

Correoso aprendió de joven la guitarra y las canciones emblemáticas de la trova cubana. Desde entonces no ha podido dejar de cantar, aunque la vida le haya llevado a trabajar en una u otra cosa.

Todo el recuento se hizo porque el concierto homenaje incluyó sorpresas, como la presencia de su hermana e hijos, y el abrazo de amigos y amigas de muchos años, como fueron los casos de Odalis Domínguez, Daysi Delis, Isabel Quintana, Yolanda Bonne o Ana Rosa Santos.

Instituciones como La Casa del Bolero, La Galería Municipal, El Museo y Cultura en general agasajaron al bardo, quien interpretó un variopinto ramillete de canciones.

Tangos acomodados en el bolero, baladas y sones fluyeron en un tono intimista donde las emociones fueron de parte a parte, una muestra de cuánta falta hace espacio para el canto y reubicar a un público que ha perdido la costumbre de sentarse a escuchar por falta de apoyo. El propio bardo lamentó ese lado y se dijo a punto de no seguir cantando.

Fue una noche hermosa, la gente aplaudió a su cantor y recordó temas de sus vidas. Claro Correoso tuvo la suerte de ser acogido por los suyos y terminar la noche con una Guantanamera que ha modernizado y hecho suya, mientras la noche se hacía en la isla, y muchos nos preguntábamos si habrán terminado los tiempos en que los cantantes emocionaban con historias y sin la obscenidad que hoy parece una distopía realizada.

Es una suerte que Correoso cante y que, de alguna manera, el ángel de aquellos trovadores como su abuelo, Encarnación Columbié, nos ayude a atarnos a lo hermoso.

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