Código de las Familias en Songo – La Maya: Que sea septiembre un bálsamo reparador ante la discordancia

Autora: Maylín Ros Torres.

Songo – La Maya, 26 abr 2022.- El recién concluido proceso de consulta popular del proyecto 24 del Código de las Familias aquí en Songo – La Maya deja un regusto a insatisfacción para muchos.

Si bien el proceso duró tres meses y se realizaron las más de 700 asambleas en todo el municipio, el mero hecho de cumplir lo proyectado no resuelve por sí solo el necesario entendimiento y aprobación del proyecto.

Los debates comenzaron sin que aún hubiese llegado el proyecto físico. Solo contábamos con el digital, que para muchos podría bastar, pero para otros tantos aquí, (la mayoría), es inútil.

En Songo – La Maya, cuatro de cada 100 personas tienen acceso a la telefonía móvil, una de las tasas más bajas en todo el país y esto incidió negativamente en el proceso.

Estas personas acceden a redes sociales y otras páginas, según sus intereses, pero ¿el proyecto?, no creo que lo fuera. El desconocimiento general mostrado en el arranque justifica la afirmación anterior.

Lo segundo es que el tabloide aunque redactado de manera bastante comprensible, más allá de artículos, no nos deja ver al detalle lo que sí supimos por otros medios con juristas y comunicadores.

El debate primero fue tímido y poco a poco, más fuera de los escenarios de las asambleas que dentro, llegaron a propiciarse para dejarnos saber que en una tierra como Songo – La Maya no se acepta que dos personas del mismo sexo se unan legalmente, lo de la adopción es impensable y no poderle dar ni un golpecito a los muchachos y que se gobiernen, no hombre, no.

Dicho así, podría pensarse que en esta tierra solo viven cromañones, pero no es así. Otros estamos a tono con la realidad que aflora en cualquier barrio, más allá de la preferencia sexual o la identidad de género, hay que apoyar el hecho de que estas personas sean protegidas por la ley.

Que la adopción es un derecho y no un relajo y que, por tanto, adoptar pasará por un prisma legal que no dejará margen a las equivocaciones.

Que los niños tienen derecho a ser respetados y escuchados según su desarrollo psicológico, asunto en sí, que no es más que la tan llevada y traída autonomía progresiva.

Que la violencia, tan latente en el corazón de las familias es un lastre que hay que lanzar definitivamente por la borda y que debemos cuidar y proteger a los abuelitos, indefensos y desvalidos por su edad y economía.

El debate no alcanzó todos los temas, tan o más importantes que el matrimonio igualitario y es una pena. La asistencia fue otra insuficiencia en el territorio, solo el 86.4 % de la población participó.

A mi parecer el debate debió durar mucho más, quizás un año, con discusiones en niveles más íntimos y a la vez amplios, pero los planes, la mayoría de las veces nos dan planazos.

Ojalá al final, modificado o no, el proyecto que llevemos a referendo se parezca al de la consulta. Algunos dirán que me repito, no me importa: se parece a nosotros, es inclusivo, abarcador y protector de todas nuestras familias. Que sea septiembre un bálsamo reparador ante la discordancia.

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