Cultivemos la armonía

Autor: Domingo Alexander Sánchez Ríos

Songo – La Maya, 7 ene 2021.- La armonía puede definirse como la relación de paz, concordia y entendimiento entre dos o más personas. ¿A quién no le agrada pasar sus días en un clima donde esa hermosa condición pueda regir el vínculo entre los seres humanos? Sin embargo, desearlo no es suficiente para vivir esa reconfortante experiencia, y que sea perdurable. Se requiere un esfuerzo que parta del individuo, e impacte positivamente en el seno de la familia, la comunidad, el centro de trabajo, entre otros ámbitos.

Promover una comunicación directa y transparente es un paso vital para conquistar esta meta. Si desechamos la murmuración, en sus diversas manifestaciones, permitiremos que fluya la benignidad y la confianza, pues lo contradictorio de este flagelo es que reconoce la existencia de un problema, pero no lo encamina hacia la solución definitiva. Solo en apariencia el murmurador cree que hace lo correcto, pero al no decir las cosas en el contexto adecuado ni delante de quien debe decirse, entonces el conflicto se alarga y más personas resultan dañadas. De ese modo crece el malestar y se respirará en el entorno un aire de hostilidad y desconfianza.

Aunque a veces parece imposible romper la perversa cadena del chisme, usted puede cortarla cuando decide no participar. Esta será una contribución muy valiosa, cuyo efecto se notará de inmediato. Claro, no se desanime si su actitud no goza de mucha popularidad, pero a largo plazo, si persevera, podrán ocurrir cambios impresionantes en el medio que le rodea.

Así mismo, hable de frente al plantear sus inquietudes, aunque también sea receptivo a las críticas constructivas y respete el derecho ajeno a expresarse con libertad.

La sinceridad es un factor clave para fomentar la armonía en todos los ámbitos y situaciones, acompañada de la honestidad, la empatía, la incondicionalidad, y el espíritu solidaridario. No abandone la lucha si a su alrededor no abundan estos valores, o si el hecho de que usted los ponga en práctica pareciera no importarle a nadie. Recuerde que sus obras definen quién es usted, así que hágalo ante todo por ser fiel a sus convicciones, y deje que el tiempo se encargue de permitir que esa semilla caiga en buena tierra y produzca el fruto anhelado.

Un ambiente donde triunfe la armonía traerá recompensas tanto en la esfera individual como colectiva. Impulsará el bienestar, la paz, la productividad, y generará un sinnúmero de proyectos para beneficio de todos.

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