Como el bardo, insisto, a Songo – La Maya hay que traer el verso…

Autor: Rogelio Ramos Domínguez.

Songo – La Maya, 18 sep 2023.- Este fin de semana cantó en mi pueblo un bardo que lleva 55 años haciendo música, Claro Correoso, un hombre cuyo abuelo, Encarnación Columbié, conoció a Sindo Garay, según se dice, el autor de ‘Perla Marina’, solía elogiar a aquel cantor.

Con los años, Correoso, que fue heredero de la trova, tuvo que sufrir un corrimiento hacia la balada para salvarse de las butacas vacías. Hoy dice con un poco de rabia que va a dejar de cantar, aunque en la casa de cultura municipal le convencieron con un lleno casi total y los aplausos.

Estos pueblos han sido tomados por el reguetón, las casas, muchas escuelas, los cumpleaños infantiles, los comercios, las motos eléctricas, los puestos de viandas y muchas actividades de cultura, no logran otra cosa que colocar reparto.

Hay un monoconsumo que espanta, pero escuchar al bardo atreverse con temas a lo Eliades Ochoa o Joseíto Fernández, Pancho Céspedes o Nino Bravo, al menos es un alivio.

En este pueblo tratamos de armar una peña para atraer de a poco lo mejor de la canción cubana, pero llegó el dólar, llegó la ganancia de capital y cultura, no tuvo cómo pagarles a los cantores lo mínimo y no seguimos.

A mí van a tener que matarme, porque voy a insistir en que, a mi pequeño pueblo, cercado por tanta carencia y voluntad extraña, le lleguen canciones, arte. Yo sé que me va la vida en ello, pero si no lo hago, ¿para qué coño vine aquí? Y sí, que haya reparto y pornografía y trifulcas, pero si nadie defiende lo que por años consideramos hermoso, es dejar de resistir.

Ya sé que el pan a veces sabe a plomo, ya sé que se va la luz, ya sé que no hay gasolina y que el frijol vale, señores, 450 pesos la libra; pero no me da la gana de mirar solo a lo oscuro.

Como aquel bardo, insisto en que hay que traer el verso, de uno en uno, poco a poco, como un misterio, porque hay lo hermoso, aunque como dice Noel Nicola, afuera los lobos sean lobos aún.

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